No hace falta estar en una crisis profunda para acudir a terapia. Si sientes que estás bloqueada, que algo te duele o que no puedes sola con ciertas emociones, situaciones o decisiones, es motivo suficiente para pedir ayuda.
Terapia es también un espacio de cuidado y autoconocimiento.

En la primera sesión te escucharé con calma, sin juicios. Me contarás lo que te trae hasta aquí, y valoraremos si este espacio puede ayudarte.
No tienes que venir con todo claro: puedes venir simplemente con una sensación, una pregunta o el deseo de cuidarte.

Trabajo desde un enfoque integrador, con perspectiva de género, relacional y social. Esto significa que adapto la terapia a cada persona, combinando herramientas clínicas con una mirada que tiene en cuenta los vínculos, el cuerpo, el contexto social y las violencias estructurales que pueden atravesarnos.

No hay una duración fija. Algunas personas vienen por un tiempo corto y otras necesitan un proceso más largo. Lo vamos construyendo en conjunto, según lo que necesites y vayas sintiendo. Siempre puedes decidir pausar o finalizar el proceso cuando lo consideres necesario.

La frecuencia la acordaremos de forma conjunta en función de las necesidades de cada caso particular y tu situación personal. Lo ideal es empezar por una frecuencia semanal para poder conocernos y hacerme un mapa completo de cómo construyes el mundo y cuál es tu historia personal, luego podemos ir espaciando las consultas y añadiendo más tareas de trabajo personal entre sesiones.

No pasa nada. Muchas personas llegan por primera vez sin saber muy bien cómo funciona. No necesitas saber qué decir ni hacerlo “bien”, yo te acompaño en todo momento. Este es un espacio para que puedas hablar con total libertad y recibir acompañamiento sin juicios ni exigencias.

Aunque tengo formación especializada en feminismo, violencia de género y diversidad, trabajo con personas de todas las identidades, orientaciones y situaciones vitales.
Cualquier persona que busque un espacio seguro, profesional y sin juicios es bienvenida.

Sí. Trabajo exclusivamente online porque permite una mayor accesibilidad, comodidad y continuidad, estés donde estés. Uso plataformas seguras y te ayudaré a que el espacio virtual sea también un entorno cuidado y privado.

Es importante que te sientas cómodo/a con la persona que te acompaña. Si tras las primeras sesiones sientes que no soy la profesional adecuada para ti, podemos hablarlo con total libertad y respeto. No te voy a retener ni juzgar. El bienestar y la coherencia del proceso están por encima de todo.

Para las sesiones online necesitas

• Un dispositivo con buena conexión a internet, cámara y micrófono.

• Una habitación, sala o espacio en el que te sientas segura para hablar.

• 50-55 minutos disponibles para ti.

• Conectarte al enlace de Google Meet al través del que realizaremos la sesión de psicología online.